Louis De Pointe Du Lac Lun Ene 26, 2009 12:04 am
El hastío, sensación de los humanos, vampiros, licántropos, todo ser viviente y con racionamiento ha saboreado. Mas los vampiros, que a su modo, vivimos con el. Su forma de decir que nos había extrañado hizo mella en mi interior, solo la voz lozana y tan cargada de saberes y sentimientos mesuras ponía desprender de mi tan fácilmente ese lado de ternura y tacita devoción. Hice un mohín con mis labios muy imperceptible ante las muestras tan cariñosas de Lestat para con Armand, sin poder descifrar que era lo que me producían exactamente. ¿Gusto por verlos tan íntimos amigos?, ¿nostalgia?, ¿celos? Si bien, siendo vampiro podía sentir todas aquellas emociones intensamente o no, a la misma medida y al mismo tiempo.
---Si me permiten…
Me encamine a la delicada y detallada cocina que había en esa casa, abrí el refrigerador justo donde se albergaban algunas bolsas de sangre, compradas en un hospital. Lestat había las había traído allí solo “por si mis nobles y románticos escrúpulos volvían a asaltarme”. Serví un poco en una copa y le di un largo trago, provocándome una frívola e insatisfactoria sacudida. Llevaba aproximadamente 5 noches sin probar una sola gota de sangre, estaba probándome a mis instintos, provocándome a mi mismo para ver cuanto tiempo podía estar sin causar la muerte.
Necesitaba alimentarte pronto, pero no estaba dispuesto a claudicar tan pronto.
Serví dos copas mas, combinadas con un vino añejado desde mis epocas y volvi a la sala, sonriéndole de lado a Armand y a Lestat.
--- Un trago, Armand? Lestat parece querer andar mas cariñoso de lo usual que dar sus aportes como anfitrión.